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Perdonar: Para finalizar el 2014 y comenzar el 2015 sin culpas, ni resentimientos:
El perdón es una acción completamente poderosa: nos libera de hechos y sentimiento dañinos que tenemos atorados en nuestro interior. Saber perdonar no es un acto de sumisión o de olvido, sino más bien, es algo que nos quita cargas innecesarias, que nos permite seguir con nuestro camino, que nos hace lograr estar en paz con nosotros mismos, con lo que hemos vivido y que nos permite incluso reencontrarnos con nuestros seres queridos.
Antes que nada, debemos tener en cuenta que perdonar no significa olvidar ni tampoco tener que humillarse ante alguien más. Cualquiera es capaz de cometer equivocaciones, basta recordar la frase latina “errare humanum est” (equivocarse es humano). Debemos estar consciente que cualquiera de nosotros puede ser susceptible a cometer herir a alguien si ninguna intención, que simplemente es algo que se sale de nuestras manos.
Perdonar permite a las personas liberarse de lo toxico que envenena sus mentes: si no se perdona, es porque aún existe un rencor o un odio hacia la otra persona, sentimiento que usualmente afectan nuestra psique. Decir, y sentir, “te perdono” hace posible eliminar esos sentimientos que nos dañan por dentro, y que muchas veces también repercuten en nuestro exterior.
Una parte importante del perdón reside en saberse perdonar a uno mismo, ya que nadie es infalible. De nada sirve castigarnos eternamente por errores que cometimos en el pasado. Hay errores propios que marcan la vida de una persona, pero más allá de vivir con esa carga, es nuestro deber perdonarnos, aprender de ellos y ser mejores cada día.
El perdón ofrece un camino hacia la sanación espiritual. Si te quedas estancado en el rencor y el enfado, jamás serás posible de seguir con tu camino. El perdón es una necesidad natural para poder avanzar.
Más allá de una cuestión meramente espiritual y religiosa, muchos investigadores se han dedicado a realizar estudios sobre la importancia de esta acción en los humanos. Sólo es cuestión de darse la oportunidad de poder perdonar para poder crecer.
